¿Qué tal???
Hemos cambiado de lugar de la reunión, ahora lo hacemos en casa de un matrimonio que tiene dos peques, nos han acogido muy bien los cuatro, el ambiente es mas distendido, bromeamos más, pero los serios del grupo se encargan de reconducir la sesión.
Muy chulo el capitulo II del Catecismo nos llama “consortes” de su naturaleza divina, sí, recuerdo a Óseas, el Cantar de los Cantares…donde Dios nos dice esposa, marido…Pero que queréis, no dejo de sorprenderme. Y no acaba, aquí que después dice que Dios quiere hacernos capaces de responderle, conocerle y amarle mas allá de lo que seriamos capaces por nuestras propias fuerzas.
Que se ha dado a conocer gradualmente a alo largo de toda la Historia de la Salvación a su pueblo ,respetando su ritmo, sin forzar, como uno de nosotros dijo: algo así como “el striptis de Dios” ¡En que estaría pensando..!
Dios nos ama hablándonos, es decir, se da a si mismo por la Palabra, una listilla del grupo dijo: y nosotros podemos amar a Dios si hablamos con El.
La palabra no tiene peso en si misma, sino quien la dice: un Dios que es amor y por eso se pone a nuestra altura y velocidad.
Babel, dijo alguien, es una critica de que al paso de la ciudad a lo urbano se rompe la comunicación con Dios y por lo tanto no nos entendemos entre nosotros tampoco. ¡Que actual!
Terminamos la reunión con una frase lapidaria: Necesitamos mentes iluminadas, corazones calientes y pies misioneros. Pues nada a pedírselo al Espíritu.
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